Así fue que tomo todas sus cosas (al menos las pocas que tenía) y se marcho para el país vecino, llego a la frontera pero no logro pasar, no portaba ningún documento que la permita avanzar, recordó entonces a sus clientes, unos conejos policías que trabajan en la aduana.
La cucaracha era muy conocida por la aduana por dar pequeñas fiestitas de despedidas y orgías a algunos aduaneros, así fue tocando puerta por puerta para buscar a los conejos. Hasta que por fin los encontró, estaban justamente con sus mujeres las que vinieron a visitar para traerles el almuerzo.
Señora en que podemos ayudarla, le dijeron al mirarle, la verdad que necesito un favor, les dijo. Los conejos se pusieron rojos dejaron a sus mujeres y la acompañaron hasta afuera.
Cuantas veces te dijimos aleN que cuando estamos en el trabajo y más con nuestras mujeres no nos vengas a visitar, no me agarren así suéltenme o grito y les pudro el matrimonio, los conejos la empujaron al suelo, ¿así son?, les dijo, salí de acá putita si no queres que te mandemos presa.
La cuca era valiente, tanto que se animo a gritarles a sus mujeres, yo tengo mucho mas que perder que ustedes, los conejos entonces la levantaron y le dijeron, ¿que necesitas?, quiero cruzar la frontera pero no tengo papeles,le dijo la cuca, bueno dijo uno de los conejos, te vamos hacer pasar por medio de un camión en el que se trafica drogas, justamente ahora mismo esta por pasar uno acompáñanos por aquí. Los conejos la subieron y así dejo atrás su país “querido”.
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