25 mar 2016

Caja de zapatos

La vida es un gran teatro, todos somos títeres, manipulados desde el cielo
Las cuerdas o también llamado cultura, sociedad o creencia se escriben por los hombres, el mismo hace y deshase, como la costurera al coser.
Son tan fuerte las ideologías, creencias, estilos de vida que los ojos viven mirando con un mismo lente.
Desde chicos y de acuerdo a cuando vamos creciendo la película que nos ponen en esta gran sala de cine se repite una y otra vez, tantas veces como sea necesario, como cuando chicos repetíamos un millón de números hasta saber, que luego del 2000 vendrá el 2001, o como quienes fueron enemigos en aquella guerra.
Lo establecido está establecido, vivimos sin saber que una vez que llega la hora, y luego pasen los años, lo que uno deje o no de hacer no cambiará, siempre tendrá el mismo final. La realidad nos hace amoldarnos, creemos como aquel que vive remando, donde asume que la vida es remar y remar.
¿Qué debemos hacer en realidad?, tomamos decisiones que se vuelven hechos, sin poder evitar el desenlace.
Dicen los exitosos, no dejar nada a la suerte, donde prima pensar en el peor escenario, ganándole a la suerte, dejando el menor porcentaje en probabilidad al destino; calculando cada paso la probabilidad de errar será menor. Todo siempre y cuando la naturaleza, la vida misma, no nos depare un nuevo por venir.
Ahí es donde en un intento de salvación, damos manotazos en el agua como para no ahogarnos, buscamos seres del más allá, seres divinos en quien confiar, en quien sostenernos para volver a respirar, donde las promesas parecen formar la unión entre las fuerzas del más allá y nuestros cuerpos mundanos.
Quizás solo la vida, nuevamente nos saca a flote, y ahí sin saber bien quien tuvo la verdad sobre nuestro andar, pagamos aquellas promesas, donde la “lógica” se hace el principal aliado.
Así es la vida, ella corre y corre, una gran jungla donde amoldarse a lo que uno vive, o quizás no tanto, forma parte del vivir. Ser así o asa, nos va formando. Donde muchas veces hay que atropellar, en otras pisar la pelota y en algunas, como Ronaldinho con el pase del tuerto,  en cambio solo pasar la pelota sin mirar a quien.

Y todo se resumen, que en la vida hay dos cosas seguras, la opinión de los demás y la muerte.

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